miércoles, 8 de enero de 2014

Noche tormentosa


   -¿Pero que?¿Que es esto?. Fue lo primero que dijo Demian al despertar. Carecía completamente de orientación, no sabia donde estaba ni como llego allí. Trato de revisar en sus recuerdos, pero sus recuerdos eran únicamente de momentos felices, su 6° cumpleaños, su cachorro que lo acompaño desde que era niño y como no podía faltar, la persona que mas amo. Parecía que había forzado sus recuerdos y olvidado a voluntad.
   Estaba atónito pero era hora de levantarse de esa silla inmunda, dio un vistazo a su alrededor, todo era muy tétrico. Había una chimenea encendida, un escritorio desordenado y la marca de un cuadro que al parecer estuvo mucho ahí. No quedaba otra opción y salio de ese recinto.
   Fuera de la habitación había un pasillo con varias puertas y en el camino había una nota la cual decía:
"A veces es mejor olvidar, la mente humana es sorprendente en ese aspecto. El cerebro puede aparentar que sus recuerdos no son mas que una película vista en algún cine, o alguna historia leída antes de dormir.
Demian, tu lo sabes, yo aun no. Quizá es demasiado pronto para hacerte entender, pero hazme caso y vete"
   -¿Yo lo se? Aparentemente hay gente loca en todos lados y esto no es un buen chiste.
   Esa fue su reacción fingida forzosamente para ocultar su terror.
   Abrió una e las puertas, la única sin traba, que lo condujo por un pasillo largo y estrecho. A completa oscuridad siguió derecho con la compañía de algunos ratones que pasaban. Finalmente llego al final. Estaba ene el exterior de esa extraña casa.
   Diviso un callejón a lo lejos. Sentía al viento susurrar, en su miedo o no lo que entendió de esa aparente voz al cantar fue:
 "En la noche te encontraras, y en el cementerio lloraras. 
Ten cuidado no mires atrás, detrás de ti siempre estará."
   Un terror agobiante oprimió su corazón. Corrió
   Solo tenia un camino y sin saberlo lo guiaba al cementerio. Cuando se encontró dentro de este la canción resonó en su cabeza. "No mires atrás, detrás de ti siempre estará."
   -¡No mires atrás! Es solo tu mente Demian ¡Solo tu mente!
  Sentía que estaba a punto de volverse loco. Era imposible no recordar. Se supone que fuese así.
  Con el paso tan firme como pudo trato de seguir su camino desviándose del marcado, ciertas cosas invadían su mente pero no lograba discernir que eran.
   Logró llegar a una suerte de iglesia. Su corazón se calmó bastante, recordó algo, su maestra de primaria diciéndole que cuando no encuentre solución y el miedo lo invada, busque ayuda en aquello que tenga fe.
   Se metió a la iglesia con mucho sigilo. Se sentó en un banco y se perdió en el altar hermosamente decorado. Trataba de recordar que había pasado pero sus recuerdos se nublaban aun mas. Escuchó voces, parecían normales. ¡Por fin había encontrado ayuda!
   Salió de la iglesia bastante animado pero ya estando fuera algo le hizo dudar, miró la escena apenas asomándose.
   Sin dudas los dueños de esas voces no eran humanos, ni siquiera sabia si eran cosas vivas. Uno parecía un perro carente de pelo, encorbado y sobre dos patas. El otro era algo inexplicable, traslucía mucha luz dejando ver así un corazón dentro del contorno de lo que parecía un cuerpo. Eran inmundos.
   Los escuchó decir algo sobre el nuevo, en eso un abanico de absurdas y horribles ideas le aparecieron.
   Se alejó lentamente. Una criatura lo asustó, era un cuervo mirándolo directo a los ojos. No pudo dejar de verlo. Comenzó a soplar un fuerte viento y sombras tétricas jugaban con la luna alrededor de ellos. Nada separó sus miradas. Logró recordar.
   Recordó cosas que tenían grandes motivos para ser olvidadas. Ese casa no era mas que un refugio de almas pecadoras y el cementerio, su patio de recesos. Ellos eran liderados por un asqueroso ser, totalmente deforme y con una gran sonrisa adornando su rostro sin ojos.
   Logró escapar de esas cosas inmundas y antes de irse y forzarse a olvidar escribió una nota.
   Y aunque no logró recordar como volvió a ese lugar, lo único que ocupaba su mente era un claro "NO MIRES ATRÁS".
   Despertó de su hipnosis. Estaba de vuelta en el cementerio.
   Silencio.
   El cuervo huyó al presentir algo. Unos pasos se acercaban, lo sabía, era inútil huir. Comenzó a llover.
   Sentía esa presencia, lo estaba esperando con esa sonrisa en su rostro. No soportó y volteó entregándose a su suerte. No había nada. Cayó al suelo estallando en lágrimas.
   Cuando abrió los ojos logro divisar unos pies allí. Levantó la mirada y se encontró con ese ser. Tan deforme como lo habría sido su vida, tan inmundo como cada acción, digno del infierno.
   Demian se dio cuenta de que nunca escapó, no fue mas que una simple ilusión.
   Una pequeña niña con la mitad de su cuerpo despellejado apareció cantando esa canción, la misma de antes.
 "En la noche te encontraras, y en el cementerio lloraras. 
Ten cuidado no mires atrás, detrás de ti siempre estará."

   Allí se encontraban junto al cuerpo muerto de Demian, la niña despellejada, el inmundo líder deforme y el nuevo ser que pesa con sus pecados, aquel que se transformo en lo que tanto quiso olvidar.